La Iglesia de Llica, un tesoro patrimonial en la frontera con Chile

Llica, Potosí – En el corazón del altiplano boliviano, a escasos kilómetros de la frontera con Chile, se erige la majestuosa Iglesia de Llica, una joya del patrimonio arquitectónico nacional que ha resistido el paso del tiempo y hoy sigue siendo centro de devoción, identidad y cultura.
Construida en época colonial y reconocida por su arquitectura andina mestiza, esta iglesia forma parte del legado histórico que conserva la región del sudoeste potosino.
Su estructura de piedra y adobe, sus retablos barrocos y su imponente fachada hacen de este templo un símbolo de la religiosidad popular y la historia viva del municipio de Llica, en la provincia Daniel Campos.
Cada año, el pueblo se viste de gala para rendir homenaje a la Virgen de la Asunción, patrona espiritual de la comunidad.
La festividad, que se celebra cada 15 de agosto, convoca a cientos de feligreses, músicos, danzarines y visitantes de diversas regiones del país y del vecino Chile, quienes participan de misas, procesiones, danzas autóctonas y ferias culturales que resaltan las tradiciones ancestrales del altiplano.
“La fiesta de la Virgen de la Asunción no solo es un acto religioso, sino también una reafirmación de nuestra identidad y nuestra historia.
La iglesia de Llica es un lugar sagrado y un emblema que debe ser preservado por las futuras generaciones”, expresó un representante del Comité de Festejos local.
En un contexto donde muchas infraestructuras patrimoniales enfrentan el abandono o la falta de inversión, la comunidad de Llica ha sabido mantener viva su iglesia, impulsando su conservación con apoyo de autoridades locales y gestiones ante entidades culturales del Estado.
Este año, las actividades festivas incluirán la tradicional entrada folklórica, ferias gastronómicas, y eventos culturales que buscarán no solo honrar a la Virgen, sino también promover el turismo responsable en esta zona fronteriza, rica en paisajes, historia y cultura.
La Iglesia de Llica no solo es un templo; es el corazón espiritual y cultural de un pueblo que guarda celosamente sus raíces, en una de las regiones más remotas pero también más significativas del altiplano boliviano.


